martes, 28 de julio de 2009

AMOR FILIAL A LA MEXICANA

El Méxicano en general, reverencía a su madrecita un día al año, y los 364 restantes se la pasa recordándosela a los demás.
Resulta curioso observar que un ser tan dado a venerar a la autora de sus días, en ocasiones, con verdadero fetichismo, no tiene reparo en hacer sicalípticas menciones respecto a las madres ajenas.
Así como por regla general el Mexicano es mal esposo, también por regla general, es buen hijo, no por su comportamiento habitual, si no por la veneración que tiene a su madre, la llama Jefecita, Viejita, Mamita y no la baja un punto de santa, la colma de arrumacos especialmente el 10 de Mayo, ese día empeña hasta lo que no tiene o roba si es necesario, para llevarle flores y regalos.... El pandillero, el maleante e inclusive el asesino mas despiadado, se enternece hasta las lagrimas cuando se trata de su Jefecita de cabellos blancos, a quien besa la mano y le pide bendición antes de salir a cometer sus fechorías.
El amor filial del Mexicano, zuzado por hábiles campañas comerciales, aflora en todo su esplendor el 10 de Mayo, en que se hace todo a un lado para rendirle homenaje a la madrecita, se le llevan Serenatas y se le inunda de regalos y flores.
El resto del año, los Mexicanos son hijos mal agradecidos. que la tienen a ración de hambre y no se conmueven al verla trabajar, desde al amanecer hasta el anochecer, mientras leen el periódico tumbados en la cama, pero al llegar el mencionado 10 de Mayo, le besan las manos encallecidas y la llevan a comer fuera, para que ese día se sienta como reina y no tenga que hacer nada.
Por todas esas razones, me resulta incomprensible que los Mexicanos le tengamos tan poco respeto a las madres ajenas, la cual sale a relucir con el menor motivo y sin tener el gusto de conocerlas siquiera.
Estas aluciones sicalípticas que arriba mencioné para las cuales se emplea todo género de medios ( ver Ademanes a la Mexicana en esta misma carpeta), desde la frase soez y retumbante, hasta el silbido de arriero y entre dientes, pasando por el uso del claxon, el toque telegráfico de raya, dos puntos, raya y punto y una serie de signos visuales en que intervienen el puño, el antebrazo, el brazo completo, el dedo índice, el medio y la naríz.
Sería verdaderamente interesante realizar un profundo estudio sobre los orígenes y y evoluciones del recordatorio materno en México ( Por no hablar de los que se hacen el el puerto de Alvarado, Veracruz, donde en realidad son artístas en el mencionado recordatorio).
Creo saber por experiencia laboral con gente de España, que en la península Ibérica no existe la evocación materna tal como en México se conoce y practica, si bien sé que abundan las expresiones donde se le atribuye al prójimo ascendencia de mujer pecadora.
Posiblemente este concepto tan poco halagador, al ser transferido a las tierras de Anáhuac, sufrió transformaciones y experimentó influencias telúricas indígenas que lo convirtieron en el actual y nacional recordatorio y que precisamente fué a los hijos de España a los primeros que se les aplicó.
El día de la Madre tal y como se celebra es de creación relativamente reciente, de origen Norteamericano y de fomento comercial Hebreo. En cambio la clásica referencia a la progenitora ajena en sus múltiples y cotidianas variedades, debe ser tan antigua como Coatlicue madre de todos los dioses del cielo y tierra mexicas.

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