lunes, 4 de abril de 2011

LOS BUENOS, LOS MALOS Y LOS PEORES

1. El Jefe de jefes
Siempre tiene las puertas abiertas para escuchar y mantiene un constante flujo de comunicación. Tiene una buena relación tanto con los puestos altos como con los más sencillos en la escala de la organización. Su principal virtud es que manda como a él mismo le gustaría recibir órdenes.

2. El “divino”
Es así porque se siente dios. Se da aires de grandeza y usa el poder como una forma de ocultar su incompetencia. Puede pedir a los empleados más jóvenes que limpien su coche o recojan su ropa de la lavandería, pero al resto suele ignorarlo. Sólo está satisfecho si siguen sus reglas, hacen las cosas como a él le gustan y le hablan como si fuera su alteza serenísima.

3. El maquiavélico
Se considera “duro pero justo” y aparenta ser inaccesible. Es muy inteligente, tiene alto grado de motivación en su trabajo y se enfoca en las cosas importantes. Sabe bien lo que piensan los demás de él y tiene pocos miramientos para juzgar el trabajo de los otros.

4. El Sádico
Es un seguidor de los castigos. Como está frustrado, desea lo mismo para el resto. También se preocupan en exceso porque piensa que su tarea es salvar al mundo y que eso sólo depende de él.

5. El “trabajólico”
Entre más trabajen sus empleados, más pendientes les dará. Su lema es “todo por el bien de la empresa” y se pone como ejemplo de sacrificio, ya que se queda horas extra en la oficina y espera que los demás hagan lo mismo. Ser positivos y marcar límites de horario es la principal arma para ganar su respeto.

6. El impaciente
Es muy bueno delegando, en parte porque ignora cómo hacer las cosas. Le gusta dar la impresión de que siempre está muy ocupado y por eso olvida los detalles, por lo que pocas veces reconoce el trabajo o las necesidades de su equipo.

7. El compadre
Más que jefe quiere ser amigo. Pero es mejor rechazar sus invitaciones que terminar los pendientes el fin de semana por descuidar el trabajo en el horario de oficina.

8. El jefe de teflón
Cualquier error propio se le resbala y jamás da respuestas directas a preguntas expresas. Cuando algo sale mal, reunirá información para comprobar que estuvo en otra parte en ese momento. No es un peligro, pero su sueldo sí es un desperdicio. Es recomendable guardar registros de las reuniones con el jefe de teflón frente a cualquier incidente.

9. Ausencio, el jefe
Como los cometas, rara vez aparece en la oficina porque siempre está en reuniones o arreglando cosas más importantes. Su equipo trabaja por sí solo y las compañías podrían ahorrar mucho dinero si le despidieran.

10. El chico del Management
Viste trajes Ralph Lauren y sus palabras son frases trilladas de los seminarios de liderazgo y los libros de superación. Piensa frecuentemente que nadie lo entiende, pero es inofensivo.

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